05 agosto, 2007

Máscaras

La gente a veces lleva máscara. Si, si, máscara. No como la de los carnavales, con plumas o con la cara de algún personaje famoso o monstruo, sinó de aquellas que esconden una personalidad con otra.

A veces uno descubre que hasta nosotros mismos nos ponemos una máscara, y tratamos de ser quien no somos, o quizás sea menos grave, y tan solo tratemos de esconder a otras personas actitudes o maneras de ser que pueden dañar.

Todos estamos rodeados de ello y tenemos que estar preparados para ver a la gente en el momento en que se deshacen del antifaz. Con ello nos muestran un yo que nos deja con la boca abierta, para bien, o para mal.
No es que haya descubierto una segunda cara en nadie de los que me rodea (al menos últimamente), o que yo esté engañando al personal. Símplemente que hablando con un buen amigo (sin mascara éste), nos acordamos de que a veces la gente no es como parece, nos apuñalan por la espalda y lo único que podemos hacer es mirar con la boca medio abierta y un estúpido rictus en la cara que parece decir: "y esto, a que viene?", mientras sangramos la amistad traicionada. Muy feo, pero en domingo, uno siempre tiende a oscurecer sus pensamientos ante la inexorable llegada del lunes.

El video es de una serie donde las máscaras juegan un papel fundamental. El protagonista, Dexter Morgan, un psicokiller tras la apariencia de un criminólogo experto en sangre. Muy recomendable, intrigante y, en algun fotograma, brutal. Cuatro la va a emitir en breve.
Ah, y cuidado: nunca se sabe en que cara estará el antifaz.

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